martes, 28 de noviembre de 2023

LAS CUATRO ESTACIONES

LAS CUATRO ESTACIONES.


Si Antonio Vivaldi viviese todavía, seguro que se planteaba hacer algunas modificaciones en sus cuatro conciertos para violín y orquesta que dedicó a las cuatro estaciones meteorológicas, y posiblemente intercalaría algunos acordes de su “Primavera” en el del “Otoño” y si me apuráis hasta en su “Invierno”; porque en realidad el tiempo parece que se ha vuelto loco y ya casi no sabemos en qué época del año estamos. 

Otro tanto tendría que hacer Goya con sus cartones para los tapices, en los que, sin duda, también haría algunas modificaciones para ajustarse más a la realidad atmosférica actual.

El caso, como decía, es que andamos todos un poco despistados. Sin ir más lejos, en mi patio tengo un rosal que todavía está dando flores, aunque las pobres están un tanto lacias, porque sufren demasiadas variaciones de temperatura a las que no estaban acostumbradas. ¿Y las aves? Ya no saben si se tienen que marchar o es hora de volver, y podemos ver a las cigüeñas y a las golondrinas que andan hechas un lío y no saben muy bien si irse para Africa o quedarse aquí todo el invierno.

Los vencejos que se marchaban de Chinchón el día de Santiago, después del encierro, ahora se van a quedar hasta después del festival... o sea, todo un lío.

Y lo malo es que vamos a tener que buscar nuevos tópicos cuando queramos hablar de las Navidades y de las Vacaciones. Ya no vamos a saber cuándo hablar de “las pinceladas ocres” que caen de los árboles, o de “las gotas de agua que destilan las blancas nubes”... si en otoño o el lluvioso abril.

La realidad es que el cambio climático existe, aunque muchos políticos y gentes proclives a opinar, lo nieguen. Tan pronto no cae ni una gota en meses, como nos ahogamos en unos días.

Pero hablando de agua y, como nunca llueve a gusto de todos; nuestra inefable  presidenta madrileña ha puesto el grito en el cielo y ha anunciado este lunes que la Comunidad de Madrid denuncio ante el Tribunal Supremo el Plan Hidrológico del Tajo. Una denuncia que se presentó el pasado mes de junio, pero que anuncia ahora porque ya lo de las manifestaciones en la calle Ferraz están perdiendo fuerza y actualidad. 

En su intervención, asegura que el presidente del Gobierno (léase Pedro Sánchez, a quien ella llamó hace unos días “hijo de fruta” en el Congreso), "ha diseñado un nuevo Plan Hidrológico del Tajo para sitiar la Comunidad de Madrid". Considera que "está utilizando el agua como arma política para asediar a la capital de España, que no se doblega ante sus atropellos".

No obstante quiero aclarar que según los expertos estas aseveraciones no tienen demasiado fundamento y aún en el caso de que en Madrid no cayese una gota en los próximos dos años, el abastecimiento de agua estaría garantizado para todos los madrileños.

¡Si Vivaldi y Goya levantaran la cabeza!

viernes, 17 de noviembre de 2023

LA CALLE FERRAZ

LA OTRA NOCHE YO NO ESTUVE EN LA CALLE FERRAZ, ¿O SI?


Veréis, os cuento; la otra noche estaba yo viendo en la tele un partido de la NBA, y en el descanso me puse a hacer zapping, que es un deporte que me gusta casi más que fútbol y el baloncesto. Era la hora de los telediarios y no se si en Antena 3 o la 4, estaban en la movida de la calle Ferraz por aquello de la amnistía. Y cuál no fue mi sorpresa cuando me vi en el centro de la pantalla. Y era yo. Mi gorro de agua, por si llovía, mis gafas, mi perilla y mi bigote, mi chaquetón de color indefinido, porque ya se sabe que por la noche todos los chaquetones son pardos... sin duda era yo; pero no. No podía ser... pero, ¿Y si si?

Estaba rodeado de gente que gritaba, y tengo que reconocerlo, yo estaba un poco asustado. 

¡PerroSanchez, traidor! ¡Viva Franco! ¡Felipe VI, cobarde! ¡España se rompe!

Unas mujeres, a mi lado, rezaban el rosario, mientras otras se lo recriminaban. Un señor con un megáfono invitaba a seguirle para tomar el Congreso. A su lado un joven recortaba el escudo de una bandera de España. 

Unos encapuchados encendían unas bengalas para tirárselas a los policías que se escondían detrás de unos escudos transparentes. Otros cargaban sus armas con gases lacrimógenos apuntando a los manifestantes.

Yo no hacía nada y detrás de mí un reportero intentaba contar lo que estaba sucediendo y el cámara se las veía y se las deseaba para tomar las mejores imágenes. Yo creo que fue ese cámara quien me sacó el primer plano.

Era inverosímil, pero tengo que confesar que en algunas ocasiones ya había tenido la sensación de ubicuidad. Aquella madrugada de noviembre de 1975, cuando hice cola desde la Puerta del Sol hasta el Palacio Real, para comprobar si Franco de verdad había muerto; o cuando Pablo VI vino a Madrid y estuve en la misa de la Plaza Mayor... Aunque si os soy sincero, ahora después de tantos años, ya no se a ciencia cierta si estuve allí o lo vi por la tele.

Pero volviendo a la calle Ferraz, os tengo que confesar que pase miedo... y vergüenza. Allí estábamos la gente de bien; pero no lo parecíamos. Todo era insultos, crispación, odio... alguien decía que había que hacer algo; lo que fuese... otros que habría que derramar, si era preciso, nuestra propia sangre, para salvar a la patria... hubo quien invocaba al Rey y al ejército para solucionar el problema... ¡No se acordaban de lo que había ocurrido en la guerra civil!

Menos mal que yo, realmente, no estaba allí. Cambie de canal para ver el tercer cuarto del partido de la NBA y procuré sosegarme. 

Luego pensé lo que podrían pensar mis amigos y conocidos si me habían visto en la tele; claro que no era yo.... ¿Y si sí?

martes, 14 de noviembre de 2023

INSENSATOS SIN ESCRÚPULOS

INSENSATOS SIN ESCRÚPULOS.


Juan  Tortosa.

Un artículo en Público.es


Llevan tanto tiempo siendo tan excesivos y han puesto tan alto el listón de las insidias que han acabado agotando los recursos disponibles para crispar sin traspasar líneas rojas. Jamás salieron a la calle para reclamar ampliación de derechos o reivindicar una mejor sanidad y educación públicas, y ahora lo hacen cabreados porque se les escapa el chollo de las manos. A falta de argumentos para oponerse a pactos legítimos, instigan a combatirlos con insultos barriobajeros, banderas y cánticos fascistas, llamando patria al pequeño mundo donde solo quieren caber ellos… En esas estamos.

Los analfabetos no suelen tener miedo a quedar en evidencia. Más que no tener vergüenza, que tampoco la tienen, lo que les ocurre es que no tienen conciencia de sus carencias. Así es como, tacita a tacita, Alberto Núñez Feijóo va incrementando la condición pirómana que desde hace cinco largos años caracteriza a su partido. Como los conocimientos que posee son inversamente proporcionales a su capacidad para mentir según tiene demostrado, quizás esto pueda explicar la falta de escrúpulos que exhibe al equiparar la amnistía con el 23F o los asesinatos de ETA, en esa carrera con Ayuso -quien ha llegado a pedir la intervención del rey y del Ejército- por ver quién la suelta más gorda.

“Lo venden todo por siete votos”, repiten como papagayos los promotores de las revueltas callejeras de los últimos días. Miren, no son solo esos siete votos de Junts; se trata de algo mucho más importante, de una estrategia de pactos que permitirá continuar trabajando para armar un país solidario y abierto, preocupado por los débiles y generoso con las minorías en lugar de capitular ante una derecha que integra ya a la reacción más temible de Europa. Por tanto, si la alternativa es que gobiernen ustedes… pues va a ser que no.


Observándolo con perspectiva política, el pacto entre PSOE y Junts, en palabras de Gorka Landáburu, “ha enterrado el Procés y el 155 y abierto una nueva etapa mediante el diálogo y el acuerdo.” No será nada fácil con una oposición enfurecida, pero igual es la única manera de conseguir desbloquear una situación de impasse.

Hará falta mucha paciencia y mucho trabajo, pero alguna vez habrá que terminar con las cloacas, ¿no? Alguna vez los jueces han de acabar limitándose a ejercer el papel que les corresponde y dejarán la política para los políticos, alguna vez los obispos dejarán de meterse donde no les llaman, ¿o es mucho pedir? Porque lo de soñar con que llegue el día en que los medios de comunicación que ahora no lo hacen ofrezcan una información decente, ya sé que es ingenuidad pura. En resumen, que cuatro esquinitas sigue teniendo mi cama… obispos tridentinos, jueces con tricornio, periodistas hambrientos y cloacas pestilentes ¿hasta cuándo?

Las derechas han de cambiar el discurso si quieren tener futuro, han de dejarse de distorsiones y aceptar el carácter territorial del Estado, algo que, por cierto, figura desde hace 45 años en una Constitución redactada por siete expertos, cuatro de los cuales (Fraga, Herrero de Miñón, Cisneros y Pérez Llorca) pertenecían a formaciones políticas de derechas que desembocaron en lo que hoy es el Partido Popular.


El problema, como escribíamos al principio, es que los herederos de aquellos juristas no acaban de asumir que se les escapa el chollo de las manos, que durante cuatro años no van a poder trincar en un momento en el que habrá sabrosas cifras de fondos europeos por gestionar. Alguna vez tendrán que  apostar por convertirse en una derecha moderna y europea que haga desaparecer de nuestras vidas y nuestras calles el enconamiento ultra y la nostalgia franquista ¿O también es mucho pedir?

El futuro no puede ser un expresidente enervando los ánimos a la voz de “el que pueda hacer algo, que lo haga”; el futuro no puede ser una exministra y expresidenta autonómica encabezando cortes ilegales de tráfico ni tampoco niñatos malcriados llorando por las esquinas porque no les dejan “putodefender España”. Ya está bien de bromas, fustigadas además desde un partido teóricamente “de Estado”.

¿Qué trabajo les costaba haber sido tan rotundos como lo fue el lehendakari Urkullu condenando las algaradas fascistas: “Los hechos ocurridos estos últimos días –dijo- son inaceptables, muy graves y preocupantes. Unos hechos provocados por grupos de ideología fascista y promovidos desde sectores políticos y sociales que dicen defender la democracia. Los condenamos con rotundidad. La condena de la violencia debe ser clara y rotunda, sin medias tintas, sin excusas ni justificaciones. Hacemos un llamamiento a desconvocar la oleada de protestas que están sirviendo de excusa ara seguir generando odio, rencor y violencia.”


Sideral la distancia entre estas palabras y las del líder del PP. La historia de la humanidad está llena de mediocres como Feijóo, que son los que al final acaban liándola parda. Quien pensara cuando saltó al ruedo que era una mosquita muerta de provincias se equivocó. Como nos descuidemos, este gallego nos va a acabar buscando la ruina.

miércoles, 8 de noviembre de 2023

HEMEROTECA

DONDE DIJE DIGO, DIGO...


Estamos viendo estos últimos días muchas referencias a los archivos de las hemerotecas.

Vemos al Presidente del Gobierno, en funciones, y a sus ministros, también en funciones, cuando aseguraban que de amnistía, de entrada, nada; como decía Felipe González, en sus tiempos, de la OTAN. 

También vemos cómo Esperanza Aguirre deslegitimaba las manifestaciones callejeras, tildándolas de ser el inicio de todo totalitarismo. 

Escuchamos las razones con que Aznar justificaba sus acuerdos con Pujol, con quien hablaba en catalán en la intimidad, para poder conseguir su nombramiento como Presidente del Gobierno de España; más o menos, lo mismo que ocurre ahora con Pedro Sánchez, ambos asegurando que lo hacen por el bien de España.

Y eso sin profundizar demasiado. Porque podríamos ver cómo periodistas, tertulianos, políticos de todo pelaje y opinadores varios, dicen y contradicen lo que en cada caso conviene.

Y es que las emisoras, los canales de televisión y los periódicos, tienen que rellenar sus amplísimos espacios con casos como estos que vienen como anillo al dedo para tener entretenido al personal.

Y a partir de esto, ya se sabe; que si España se rompe, que es la partida de defunción de la democracia, que la constitución está en peligro... y todos los repetidos apocalípticos augurios si se llega a promulgar esa ley de amnistía, de la que todavía nadie sabe que es lo que realmente contemplará.

Yo pienso que en realidad a nadie le importa un comino eso de la amnistía. A unos, lo único que les interesa es conseguir la Presidencia del Gobierno, y a los otros, que no lo consigan... que se convoquen nuevas elecciones y, a ver si con un poco de suerte, alguien cambia su voto, y pueden gobernar ellos... y así, no habrá ningún problema para renovar el Consejo del Poder Judicial... que ya va siendo hora, ¿No?